Sigilosas y resistentes, las chinches de la cama siguen dando guerra a los profesionales del control de plagas. Tanto su creciente resistencia a los insecticidas, como su extraordinaria habilidad para esconderse en los más remotos rincones, complican los tratamientos. Un nuevo biopesticida, basado en el hongo Beauveria bassiana, se presenta como alternativa efectiva, tanto en letalidad como en su capacidad de afectar rápidamente a la totalidad de la infestación.

Decidir si un lote de alimentos, o los procesos utilizados para su producción, son aceptables en cuanto a la carga microbiana que puedan contener, y se pueden considerar seguros y de calidad, no es tarea fácil. La microbiología de los alimentos ha desarrollado herramientas para facilitar este tipo de decisiones. Una de ellas son los criterios microbiológicos, basados en complejas estadísticas, de los que en este artículo intentamos exponer conceptos básicos.

En un plan eficiente de APPCC no puede escaparse ningún detalle, por ejemplo, que el vestuario utilizado por los trabajadores de la industria alimentaria sea adecuado para prevenir la contaminación de los alimentos. El correcto diseño, mantenimiento e higiene de estas prendas es un factor relevante para conseguir productos seguros y cumplir con la normativa vigente.

Fotocopiadoras, impresoras, ordenadores y sus periféricos nos acompañan diariamente y cada vez con mayor intensidad, especialmente en los ambientes de oficinas. Aliados indispensables para el trabajo, estos aparatos son, a la vez, fuentes potenciales de exposición a contaminantes químicos, que juegan un papel en el denominado Sindrome del Edificio Enfermo. El INSHT acaba de publicar una nota técnica para evitar o reducir este riesgo.

La toxicología computacional se muestra como una valiosa herramienta para conocer a fondo el impacto de las sustancias activas biocidas durante todo su ciclo de vida, una vez liberadas en los compartimentos mediambientales. El proyecto europeo Combase trabaja en el desarrollo de una solución que permita predecir los efectos tóxicos de estos productos químicos, no sólo en su fase de vida útil sino también en los posteriores procesos de degradación.

Si pudieramos ubicarnos en la mente de una mosquito hembra, descubririamos que su mundo está dominado por el olfato, en lugar de por la vista o el oido. El olfato la guía hasta el anfitrión idóneo y, tras ingerir sangre, también le permite encontrar agua estancada donde poner sus huevos. La sorpresa de una nueva investigación es que, además, las mosquitos Anopheles tienen en su aparato olfativo una segunda "nariz" para detectar seres humanos.