No dejes que tu casa enferme
Enviado por editora el Mié, 01/16/2008 - 13:03
Cuando oímos hablar de un edificio enfermo casi siempre se trata de un edificio de oficinas antiguo o uno nuevo con poca ventilación. Es, cierto, existe mucha gente que cree tener alguna dolencia cuando simplemente son víctimas de su espacio de trabajo.

La ciudad de Viena (Austria) será el escenario, entre los días 17 y 19 de abril de 2008, del 8th Indoor Air Quality 2008 Meeting, Un día antes del inicio, el 16, tendrá lugar el taller pre-conferencia Chemical Interactions between Cultural Artefacts and Indoor Environment.
La ciudad de Alburquerque (Estados Unidos) será el escenario del Congreso EIA 2008. Está organizado por la Environmental Information Association y contará con espacio para el programa científico así como una zona de exposición comercial.
Estudios realizados en Estados Unidos y en Europa indican que en los países industrializados la gente pasa más del 90% de su vida en espacios interiores. Gran parte de ese tiempo se emplea en el lugar de trabajo.
Investigadores de la Universidad de Ilinois han desarrollado una nueva generación de membranas biomiméticas para el tratamiento de aguas. Se trata de unas membranas permeables y selectivas basadas en la incorporación de una proteína Aquaporin Z en un tribloque copolímero A-B-A al agua.
Los pasados días 22 y 23 de noviembre se celebró en Barcelona el
El Greenguard Environmental Institute ha establecido un programa para la certificación de materiales que no tienen incidencia sobre la calidad de aire interior. En concreto, la denominación utilizada es la de productos de baja emisión.
El IWRA World Water Congress llega a su decimotercera edición y se llevará a cabo entre los días 1 y 4 de septiembre de 2008. El lugar de convocatoria es Montpellier, Francia, y el lema escogido en esta ocasión es Global Changes and Water Resources: confronting the expanding and diversifying pressures.
Pese a que los fluoruros son esenciales para la vida humana en pequeñas dosis, en concentraciones altas se vuelven tóxicos. En concreto, pueden dañar los dientes y los huesos, irritar la piel, los ojos y las vías respiratorias.
