
Mantener una cultura de la limpieza en establecimientos de la industria alimentaria puede resultar difícil cuando el personal mantiene hábitos incorrectos y, de forma recurrente, se dan los mismos problemas de higiene. ¿Cómo mejorar esta situación?
Cultura de la limpieza en establecimientos alimentarios
Mantener una cultura de limpieza sólida en los establecimientos alimentarios no depende únicamente de disponer de planes y protocolos bien diseñados: requiere también la implicación activa del personal en cada una de las actividades esenciales.
¿Qué es la cultura de limpieza? La cultura de limpieza es el conjunto de valores, hábitos, actitudes y prácticas compartidas dentro de un establecimiento alimentario que promueven la higiene como un principio básico y constante, más allá del simple cumplimiento de protocolos o normativas.
Fomentar la participación del personal es clave para que la higiene deje de ser vista como una obligación externa y pase a formar parte de la identidad del propio equipo de trabajo. Lo cual no es fácil ni rápido. Pero se puede lograr con un enfoque correcto. Vamos a ver algunas recomendaciones de los expertos en seguridad alimentaria de HACCP Mentor para impulsar la participación del personal en las actividades esenciales de limpieza.

Comunicar claramente la definición de "limpio"
Al comunicar claramente al personal qué es lo que en la empresa se considera "limpio", se establecen unas expectativas claras y concretas de cumplimiento de nuestro estándar de limpieza.
Por ejemplo, comunicar al personal que una superficie o equipo verdaderamente limpio debe cumplir estas condiciones:
- No tener residuos visibles o materia acumulada
- No debe desprender olores desagradables
- Al tocarla no debe notarse la presencia de grasa, arenilla, polvo u otros residuos.
Explicar el próposito de las tareas de limpieza
La participación del personal se incrementa cuando las personas entienden la importancia de las tareas de limpieza que llevan a cabo, especialmente en la industria alimentaria.
Se recomienda comunicar al personal las razones por las que realizar correctamente las tareas de limpieza es crucial. Por ejemplo:
- Garantizar la seguridad alimentaria: la limpieza es esencial para prevenir la contaminación microbiológica de los alimentos o la contaminación cruzada con alérgenos y prevenir enfermedades de transmisión alimentaria.
- Conseguir el cumplimiento normativo: la correcta limpieza de instalaciones y equipos es absolutamente necesaria para cumplir con los requisitos legales de seguridad alimentaria.
- Cuidar la seguridad en el lugar de trabajo: las buenas prácticas de limpieza, el orden y la aplicación de sistemas eficaces de limpieza reducen el riesgo de accidentes laborales. Por ejemplo, se previenen resbalones o tropiezos, se reduce la exposición a agentes químicos biocidas y detergentes, y se reducen riesgos microbiológicos derivados de la acumulación de residuos orgánicos como la proliferación de moho o bacterias.
- Cuidar la imagen de la empresa: mantener un entorno limpio y ordenado es clave para el cumplimiento de las auditorías de seguridad alimentaria, asi como dar buena impresión a clientes y proveedores.

El personal debe disponer de los recursos necesarios
Una limpieza efectiva requiere disponer de los equipos y productos adecuados, además de unas directrices y objetivos claros y una planificación realista de las tareas.
Para ello, es necesario asegurarse de que el personal tiene acceso a los siguientes recursos:
- Productos químicos de limpieza esenciales (detergentes, desinfectantes, limpiadores)
- Equipos de limpieza de calidad (escobas, recogedores, paños, aspiradoras, trapeadores, baldes, guantes, ropa de seguridad)
- Suministro de agua limpia, tanto caliente como fría
- Procedimientos de limpieza claros y capacitación adecuada
- Tiempo suficiente para completar las tareas de limpieza programadas
Crear una cultura de la limpieza no se logra de la noche a la mañana, pero al definir claramente los estándares, explicar la importancia de la limpieza y proporcionar los recursos adecuados, con el tiempo es posible transformar la actitud del equipo hacia las tareas de limpieza.







