Plan de formación en establecimientos alimentarios

Plan de formación en establecimientos alimentarios

seguridad alimentaria

El Plan de formación forma parte del sistema de autocontrol en empresas y establecimientos alimentarios y está destinado a garantizar que todas las personas que intervienen en la producción, transformación, distribución y venta de alimentos reciben la formación adecuada en higiene alimentaria, de acuerdo con su actividad laboral. Vamos a ver los puntos básicos del Plan de formación.


 

Autocontrol en establecimientos alimentarios: el Plan de formación

El Plan de formación es uno de los prerrequisitos necesarios para una aplicación con éxito del sistema de autocontrol (APPCC) en las empresas y establecimientos alimentarios.

Su objetivo es garantizar que todas las personas de la empresa tengan la formación y las instrucciones necesarias para llevar a cabo su actividad laboral manteniendo unas buenas prácticas de higiene y seguridad alimentaria. Además de proteger la inocuidad de los alimentos, la formación es importante para potenciar en el personal la colaboración, la implicación y el sentido de pertenencia al equipo de trabajo.

El Plan de formación no es universal ni estático, sino que recoge las necesidades específicas de cada empresa según su actividad y, además, evoluciona con ella. La formación continua periódica es importante porque permite abordar, además de conocimientos generales, nuevas necesidades formativas específicas en higiene y seguridad alimentaria, relacionados, por ejemplo, con la introducción de nuevos productos y procesos o de nuevos requisitos normativos.

Por otra parte, la formación continua es también una herramienta clave para reforzar puntos en los que se detectan incidencias recurrentes.

¿En qué consiste el Plan de formación?

El Plan de formación se estructura en un Programa de formación, unas actividades que permitan comprobar el cumplimiento y eficacia del mismo, asi como los registros de las comprobaciones realizadas y de los resultados.

El Plan de formación debe mantenerse actualizado y debe ser revisado con una frecuencia mínima anual,  cada vez que se producen cambios en los procesos o cuando se detectan incidencias repetidas causadas por el personal.

El Programa de formación 

El Programa de formación consiste en la descripción y organización de todas las acciones que deben llevarse a cabo para dar respuesta a las necesidades formativas del personal de manera periódica y continuada. 

El primer paso para el desarrollo del Programa de formación es establecer sus objetivos y designar una persona responsable del mismo, que deberá tener los conocimientos acordes necesarios. La persona responsable será la encargada de detectar las necesidades formativas, planificar la formación, darle seguimiento y evaluarla. Esto no implica que esta persona imparta la formación, que puede realizarse de forma interna, externa o mixta. 

Una vez detalladas las necesidades formativas específicas para cada trabajador en temas como: higiene personal, conductas y hábitos higiénicos, prácticas higiénicas de trabajo, el sistema APPCC, planes de prerrequisitos y requisitos sanitarios establecidos en la normativa vigente, la persona responsable establece una relación de actividades formativas previstas, que quedan detalladas (metodología, objetivos, duración en horas, etc) y registradas.

Cuando todo este trabajo ya está hecho, es posible planificar en el tiempo las actividades formativas y establecer un calendario, según las necesidades detectadas.

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Comprobar que el Programa de formación funciona

Una vez que el Programa de formación está en marcha, es el momento de comprobar si es eficaz y si realmente lo estamos cumpliendo. Para ello, será necesario diseñar unas actividades de comprobación y establecer una frecuencia de control, según prioridades. Se recomienda designar a un responsable del establecimiento que lleve a cabo evaluaciones periódicas del Programa de Formación y compruebe que se aplica con eficacia.

Por ejemplo, podemos evaluar el cumplimiento del programa comprobando si las actividades formativas se han ajustado a lo previsto (en contenidos, duración, asistencia del personal al que iba dirigida, etc), o revisando los documentos que acrediten la realización de cada actividad ( acreditaciones, certificados, etc).

Y la eficacia del Plan la podemos comprobar, entre otros, mediante controles visuales de la aplicación de prácticas correctas de higiene y seguridad alimentaria por parte del personal, o valorando el nivel de comprensión de la actividad formativa y su grado de aplicación en el puesto de trabajo.

Todas estas actividades de comprobación deberán quedar registradas.

Registro de los resultados

Mantener registradas las actividades del programa de formación, los resultados  y las comprobaciones relacionadas es clave para tener controlado y sacar todo el partido al Plan de formación.

Para ello, es necesario definir el sistema que se utilizará para registrar las actividades, los resultados, las incidencias y las actuaciones o acciones correctivas derivadas de las actividades de comprobación.

Elaborar e implantar un Plan de formación aporta importantes beneficios a la empresa. Es una forma de mejorar los métodos de trabajo de la misma, asi como la calidad y seguridad de sus productos. Y también de potenciar un personal más consciente de su implicación y responsabilidad en la seguridad alimentaria, con la consiguiente minimización de los riesgos asociados a las malas prácticas de manipulación e higiene alimentaria. 

 

Fuente: ACSA

 

 

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