La Agència Catalana de Seguretat Alimentària (ACSA) ha publicado una guia dirigida a cocinas que elaboran comidas para colectividades especialmente vulnerables frente a la listeriosis, como ancianos o personas inmunodeprimidas. Su objetivo es ayudar a garantizar la seguridad microbiológica de los alimentos, especialmente respecto a Listeria monocytogenes, en las cocinas de hospitales, residencias geriátricas y sus caterings externos.

El análisis de brotes alimentarios sucedidos en los últimos años muestra que L. monocytogenes es el patógeno más relevante asociado con las verduras que se venden congeladas. La EFSA ha evaluado los factores de riesgo de contaminación y crecimiento de Listeria en este tipo de productos y citado posibles opciones de control, como el blanqueo, durante el proceso de producción de los mismos.

La persistencia de Listeria se asocia con concentraciones subinhibitorias de desinfectantes, como el cloruro de benzalconio, ampliamente utilizados en las áreas de procesamiento de alimentos. El incumplimiento de procedimientos correctos de saneamiento puede dar lugar a la formación de biofilms en equipos y superficies, potenciando las contaminaciones cruzadas recurrentes.

Dentro del contexto de la industria de los lácteos, la pasteurización ha tenido un gran impacto en la reducción de casos de listeriosis, pero aún se producen contaminaciones en productos lácteos procesados. La seguridad, en relación a Listeria monocytogenes y lácteos, debe basarse en sistemas de gestión del riesgo, que incluyan las contaminaciones ambientales y cruzadas. La International Dairy Federation ha dedicado su último boletín a este tema.